domingo, 21 de agosto de 2005

Tres.

Como un dolor en la panza y tu sonrisa de idiota, él esperando en una esquina y ella asomada en la ventana. Y ahora me muerdes los codos, pero sólo porque él ya se fue y tú vuelves y él tarda más en volver, igual que los recuerdos y la dignidad.

sábado, 6 de agosto de 2005

Temperatura corporal.

No quiero que me duela pero se me está hinchando. Me quebraste los huesos, me arrancaste la piel y la cubriste con ella, pero no hacía tanto frio, no como el que ahora tengo yo. Y la besabas con ternura, y me mirabas, ¡y todos me miraban!, y entendían mi tristeza aunque la creían advertida, yo no... Pensé que podía no ser asi, y además no era la única (se me siguen rompiendo huesos más pequeños aunque ya no estés aqui).
¿En dónde te guardas tanta maldad y cómo haces para que no se vea a través del azúl de tus ojos que ya no quiero ver? Me duele haberte hecho el amor con tanta ternura, haberte mostrado tanto de mí y pretender que lo valoraras como tal vez otro lo haría, pero no, tú no, tú prefieres mantener tu temperatura sin importar a quien le quitas energía.