jueves, 31 de julio de 2008

Ahora.

Cambió en el momento en que dejamos de estar tan cerca del otro, y que ahora, otra vez tan cerca asusta, y confunde, y confiesa y confirma tantas cosas como casos e ideas que dejamos sueltas y que nadie se preocupó por ordenar.

domingo, 20 de julio de 2008

Demasiado.

Demasiados días, demasiados dolores, demasiado tú, demasiado yo... Y para todos los demás, demasiado de los dos a un punto demasiado insoportable.

viernes, 11 de julio de 2008

Las cosas que me pasan por la cabeza.

Me puyas a veces por los laditos, pero ya no como antes, únicamente para comprobarme que ya no es como antes, que tú no eres como antes y tal vez mucho menos yo... ¿yo? y acaso, ¿qué sé yo? que ni siquiera puedo saber que quiero y poner de acuerdo al cerebro y a las ganas de desnudar al mundo y de hacerle el amor despacito y luego tal vez un poco menos despacito y con más ganas, con esas ganas con las que te sostenía la cabeza tantas veces y que te besaba la boca como queriendo morderla y con miedo de hacerte daño o hacerme daño... queriéndote... queriendo-qué? (...) Sí, probablemente no era a ti sino a todas las cosas que tenías cerca y que por un momento fueron tan mías.
...Y yo en cambio no tengo nada que contarte, a veces... porque cuando encuentro que contarte parece que no es tan importante y por la cara que pones parece que hubieses preferido que no te lo dijera y no tener que pensar en una respuesta que tenga coherencia con lo que yo dije y a veces sólo te quedas callado y me miras como si no te gustaran las cosas que me pasan por la cabeza y el problema no es ese, no es que no te gusten sino que yo no las entiendes y por eso te asusta y prefieres que te hable de las cosas que tú conoces y controlas y yo lo sé y por eso cambio rápidamente el tema para que tú puedas hablar o a veces tú mismo, luego del silencio y la cara insipiente, me cuentas algo de lo que sabes, y yo agradecida (o tal vez no tanto) pregunto más y más y tú me respondes con gusto, y así se nos pasa el tiempo tratando de entendernos; eso cuando no estamos acostados, abrazados, pegados, respirándonos, oliéndonos, tocándonos y queriéndonos.