Tiempo.

Ahora parece que fue hace tanto que me fuí, o que nos fuimos cada uno del otro y yo dejé crecer una idea y tú dejaste desvanecer otra... Y ahora yo quiero pensar que es cierto que me extrañas, pero en el fondo los dos sabemos que no es así, que la soledad es traicionera y hace con la voluntad lo que le viene en gana.

Julio Cortázar. "Rayuela"

"...el hombre era verdaderamente el animal que se acostumbra hasta a no estar acostumbrado."

Los Pomar.

That night I went to bed thinking on her, crying, maybe its becouse of the family that dies in the terrible accident everybody is talking about. They say it´s a crime, I think it´s one of those things that people try to explain by plainting others just becouse there´s no one to plaint.

Julio Cortázar. "Rayuela"

"...la guitarra en el ropero/para siempre está colgada/nadie en ella toca nada/ni hace sus cuerdas sonar..."

Tu boca.

¿Qué pudo haber pasado? Habré sido yo tan insoportable que no pudiste taparlo o realmente fue algo ajeno (son indescriptibles las ganas que tengo de que te me acuestes encima y me pongas tus ojos cerca a los míos y me devuelvas esa boca que sí me gusta y que es tan diferente a las otras bocas porque me convencí a mí misma de que, como todo lo demás, está hecha para besarme a mí y para permanecer conmigo, calentándome la vida y las ideas que se congelan a pesar del inminente verano).

"Y la ausencia de Sonny, presente en todas partes como son las ausencias."

Se está poniendo difícil otra vez, otra vez parece que te me apareces en todas las cosas como la ausencia de Sonny, y que no te importa saber que me atormentas y que me complicas esta casi soledad medio impuesta. Me castigo y se me sale de los ojos haber tomado tantas decisiones en torno a ti, que ahora empiezo a pensar que quizás no fue tu culpa, ni es tu culpa nada de lo que pasa ahora, porque fueron mis decisiones y porque aunque no debería, te perdono todos los días y te extraño todas las noches.

Ella.

Y al final es ella la que se va, y es él el que se queda con todo lo malo aunque parezca que ella lo quiere arrastrar y llevárselo en una maleta que en algún momento va a dejar en otra cama, como pasa siempre con ese tipo de maletas y en ese tipo de camas, se intercambian olvidos, y si corremos con suerte empezamos a fabricar otros olvidos que más adelante habrá que meter también en una maleta.

Primavera.

Se hace difícil cuando el tiempo no quiere avanzar, y los libros son tan pesados y dan ganas de estar en la calle aprovechando el clima primaveral que todo lo permite, pero también dan ganas de que no den ganas y de quedarse quieto como los muebles del departamento, usados y quietos, algunos tan inservibles y otros tan necesarios pero tan ignorados.

Argentina.

Y Fulano, y Fulano... y las ganas de que te vayas... y las ganas de que alguien se quede, que venga el verdadero tú, no el que tú escogiste ser sino el que yo con tanto cuidado había esculpido para los dos, pero parece que esta Argentina rabiosa te lo deshizo, y a mí, que se me hace una mueca de ganas de llorar (porque tengo que admitir que ya no me sale tan fácil lo de llorar) que va y viene con cualquier estímulo, y el Cortázar que te acerca y la profesora de yoga que te aleja, y todos bailando a tu alrededor.

El Fantasma.

Me gasté el tiempo que tenía para olvidarte olvidando un poco de mí y rellenando todo de ese fantasma que inventé de ti, que se aparece todas las noches y las mañanas si falta para recordarme la ausencia que tengo en la espalda.

Las Olas.

Tu amor fue como una ola de mar. Me acerqué a la orilla temerosa y con los pies fríos... fuí teniendo cada vez más confianza y avancé, mientras más agua había menos frío sentía y terminé por sumergirme con total tranquilidad. Pero el viento sopló más fuerte y se formó un gran puño de agua que no vi crecer detrás de mí, y me golpeó y me arrastró, quien sabe cuántos metros y qué tan profundo, pero no podía agarrar nada ni encontraba la forma de flotar para poder respirar, y me dio tantas vueltas como quiso y me llenó los oídos de agua entre revolcón y revolcón, y cuando por fin pasó ya estaba demasiado lejos del punto de partida y sin fuerzas, ni ganas, ni aire...

Muerte.

Te me tenías que morir... cuando apenas empezaba nuestra vida juntos, cuando apenas empezaba a salirse de mí todo el amor en raciones de besos, de caricias, de roces, de miradas, y al final de súplicas, de llanto y de abrazos que te rogaban que te quedaras, que lucharas por mantenerte con vida, con vida y conmigo. Traté de sostener tus estertores con caricias, pero sentí (aunque no sea fácil de creer) el momento exacto en que te saliste de ese cuerpo y mis ilusiones se agrietaron hasta convertirse en fragmentos de algo gris con textura de galleta. Y te seguí buscando en ese cuerpo porque no quería volver a estar sola y me engañé unos días pensando que con el cuerpo solo iba a poder ignorar tu ausencia, pero ya no me mirabas desde ahí adentro y las manos que se encrespaban ya no me tocaron nunca como cuando tú se lo encomendabas. Y ahora no sé en donde poner estos brazos de astillas que van por ahí aferrándose a todo y a nada, buscándote en todo y encontrándose con nada.

El Dibujo.

Que ganas de dibujarte, de pasarte un carboncillo por los hombros y la barriga, de besarte despacio el pecho como queriéndote tocar el corazón, y que me calientes la vida con tu presencia.

Mi fantasma.

Voy a suponer que has muerto, que al que sigo esperando es un fantasma que está atrpado en alguna parte de tu cuerpo y que no podrá nunca venir. Mi fantasma, porque es de la única forma en que puedes volver a ser mío.

Julio Cortázar. "Cuentos Completos 1"

"...y la ausencia de Sonny, presente en todas partes como son las ausencias."

Corazones.

Este corazón que a ratos se quiere salir y parece que no le importa no tener pies para lanzarse corriendo detrás de ti a gritarte que entre rencores y tristezas todavía extraña al tuyo palpitando en la espalda del cuerpo del lado.

Oscuridad.

¿Fuí yo o fuíste tú?... Ya no sé ni de qué color se ven las cosas, es como si alguien estuviera prendiendo y apagando la luz desde otro punto, desde el punto en el que tú estás tal vez, ¿cómo será?, ¿me pensarás?, es que no se te ve lástima en los ojos, ni rencor, ni dudas, nada... porque ni siquiera puedo verte de cerca los ojos, e igual que tu boca no dejan que me entere de nada.

La princesa cobarde.

Y la princesa envejeció y se puso fea y amargada de esperar a que el príncipe fuera a buscarla a la torre... quiso muchas veces salir ella a buscarlo pero nunca tuvo suficiente valor.

Milan Kundera. "La insoportable levedad del ser".

"...es precisamente el débil quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil."

Aire.

Pensé que el aire caliente que me soplabas en la espalda cuando dormíamos era amor que se te salía del cuerpo todavía caliente... con el tiempo entendí que era sólo aire.

Historias.

Ahora que devoro los libros con ansiedad y me dejo atrapar, perturbar y encantar por esas historias tan reales como inverosímiles, voy tomando de cada una un final para nosotros dos... si no terminaban juntos yo iba a quererte en silencio y con paciencia hasta el fin como una sombra; si, por el contrario, la historia de amor prosperaba, entonces esto era simplemente un espacio que la vida nos dio para alcanzar más madurez, establecer los proyectos de cada uno y volver a la vida juntos más preparados que nunca; en algunos se colaba un desamor, o los corazones rotos del camino de otro gran amor... yo estas las ignoraba, no hay espacio para desamor en la historia de esta princesa, no tenían nada que ver con nosotros dos y detenerme en ellas me hacía sentir mareo y ganas de vomitar.

Pitonisa.

Este poco pelo que me queda en la cabeza te lo voy a regalar a ti, y me voy a sentar con las piernas bien derechas y las manos cruzadas encima de la falda a esperar a que salga el nuevo pelo... y si no llegara a salir pelo nuevo, voy a rediseñarme la cabeza, para que sea también atractiva sin pelo, como una esfera brillante en la que otros puedan ver su futuro.

Bailando.

Las ganas de bailar que me dan a veces no tienen nada que ver con la parte de mí que quiere que estés aqui, parece que vienen de la razón, que sabe que debería estar bailando de alegría por haberte sacado de mi vida, con tanto éxito que ahora no puedo ni siquiera recordar cómo había hecho para meterte en ella.

Esperar.

El tiempo que no pasa y la pena que me pesa...

El Globo.

Intenté agarrarme con todas mis fuerzas de lo único que sentía realmente seguro en la vida y de tanto apretarlo estallé ese globo fucsia y metálico que con tanto ahínco y con tantas noches sin vernos habíamos inflado, y tú le soplabas promesas y yo le agregaba paciencia, y tú le ponías interés y yo todas mis ilusiones, y pasiones, y anhelos, y sueños, los sueños que sólo ocupé contigo y que olvidé que eran míos y que tú podías haber sido parte del elenco pero no protagonista como yo te puse, pero lejos de cualquier pronóstico tu escogiste ser villano y sacar a esta princesa de su propio cuento de hadas.

Invisible.

De tanto desear ser invisible... lo conseguí!

La cucaracha.

Otra vez me quedo yo con estas ganas de morirme, de que se me apague la vida como se te apagó el amor, todo alrededor se empieza a poner blandito y asqueroso como la cucaracha del cajón y toda la fuerza que había tenido se desvanece y me parece ver tus ojos mirándome con odio, nerviosos y odiosos, vacíos del amor que un día me tuviste y que tantas ganas tengo de encontrar. Ahora es tan obvio que se hizo aire, que te nació un rencor como de pasto seco y se te instaló en los oídos, no quiero ni saber porqué, pero pasó.

Tu pared.

Tengo en la cabeza una música que va y viene, una alegría que no termina de serlo y un sabor en la boca que no me logro tragar. "Soy más feliz sin ti". Sí, pero ¿porqué tengo que recordármelo todo el tiempo?, ¿no debería ser ya obvio?... Si es cierto que era más feliz así, porque todavía quiero verte, ir corriendo a que me estrelles con esa pared que no es nueva, porque desde hace años había notado que la tenías, pero no pensé que fuera tan firme...

En el estómago.

Me inventé que la sensación de vacío en el estómago sucedía cuando tú, desde lejos, pensabas en mí, y ahora la sensación sucede mucho más.

Olvido.

Voy a aprender a agradecerte tanto olvido porque en vez de tenerlo encima pesando todo el tiempo voy a ponerlo al lado mío, agarrarlo de la mano y empezar a caminar con él.

Desprecio.

Ojalá hubiese una forma de sacarse el corazón, o de sacarte a ti y dejarme otra vez a mí, para volver a ser todo lo que era y dejar de desperdiciar lágrimas que se resbalan y que me arrastran la poca sonrisa que había en la cara. Que ganas de que alguien venga y me abrace y me deje llorarle lo mucho que te desprecio y lo mucho que deseo verte mal, verte débil, como yo, verte arrepentido como es obvio y por lo menos sintiendo alguna cosa que se pueda ver.

Otitis.

!Al diablo con esta ansiedad! Me desespero por sentirme bien y termino más desesperada de ver que no puedo, que me duele mucho saber que nos perdimos y que ya no será nunca como al principio, que ya no voy a tener más tu cara tan cerca de la mía y tu nariz redonda buscándome la boca y encontrándose en vez de eso con mis ojos y mi nariz redonda también; y que tus ojos redondos y extraños que tuve tantas veces encima ya no me alumbrarán otra vez, y que me quedé sólo con los recuerdos bonitos que no he querido enterrar con los feos y me persiguen y me torturan como este oído que no sirve.

El cuerpo.

Brazos, piernas, boca y barriga se mantienen, es como si cada recuerdo alimentara sus calambres, y los ojos se quieren unir, y se inundan de ansiedad, los oídos en cambio se secan extrañando tu voz, extrañando que estés por ahí, pensando, planeando con tu cabeza pequeña el daño tan grande que estabas por hacerme... Y ni hablar de lo bien que tu piel de maizena disimuló tanta inseguridad, tantos miedos y de un día para otro, tanto olvido... !Mi olvido! en el que me caí para el mundo y del que no logro salir, y en vez de odiarte por todo el peso que me pones encima, te extraño, como todas las veces, con todos los otros, te extraño.

El cerebro.

Me di cuenta de repente de que no todo mi cuerpo te extraña, que es sólo una cuestión que se inventaron mis piernas y a las que siguieron mis brazos, mi barriga y mi boca, que se encalambran de pensarte; pero mi cerebro no, mi cerebro se puso a nadar y se sintió flotando, tranquilo y moviéndose despacio pero autónomo, el reto está en que sea tan fuerte y tan firme en su reacción como para convencer a los demás y que podamos estar todos tranquilos.

Invierno.

Me duele tu indiferencia en medio de los oídos y me ensordece el cerebro tu silencio y tus monosílabos insípidos. ¿Me derretí? Se me desinflaron las ideas y me puse color invierno en tu cabeza. Tengo tantas ganas de estallarte la cara con todo lo que me duele y dejar que se te quemen los ojos cuando veas todo lo que rompiste, todo lo que me rompiste y entiendas que lo tenías en las manos y lo tienes todavía así quieras tirarlo y así ni siquiera lo sepas... pero lo sabes y tal vez ese fue el error, dejarte ver que era tuyo y que yo ya no lo controlo.

Trombosis.

Se me cae un lado de la cara, el izquierdo; y me deforma porque el derecho no te suelta todavía... de repente me llené de todo este marrón insípido y los días me dejaron de sorprender. Ahora no es el lado izquierdo el que se cae sino los colores de las cosas, como si una capa espesa de mugre fuera cubriendo todo, y ya no te contrasta el pelo negro con la piel de maizena, perdiste las pestañas como yo mis burbujas... Y se me sigue ocurriendo tu vida y se me sigue olvidando la mía, en medio de toda la presión hay un aire que respiras que me apreta, porque ya no son tus brazos, ni tu boca los que me empujan y me suben y me bajan, sino este mugre pegajoso y marrón que no logro sacar de la casa y que si se quiere salir por una ventana parece que vas a la avenida y lo traes porque se te pega en los zapatos y en la ropa y a mí no me alcanzan las uñas para arrancártelo y no me crece rápido el pelo como para envolverte antes de salir.

Brindis.

Un tango por tu ausencia!

The Storm.

All these pain that you suddenly shoot me... That I can´t live without anymore, is the reason I needed to leave my confidence in the storm and still sleeping with you... without me.

Susurros.

Como te soplo mi amor por los oídos mientras duermes, se me escapa también alguna duda, algún dolor y toda la inseguridad que un día decidí que iba a servir de escudo y que no me sirve más que para reunir más inseguridad y desinflar todas las burbujas y los globos que hemos ido metiendo en la habitación que se llena y se llena y va quedando pequeña para todo este desorden que es imposible dejarte en la cabeza y que se escapa siempre por el otro oído y se esparce tocando todo lo que nos pertenece.

Linger.

If you could return...
-Y que todo volviera a ser como antes-
don´t let it burn...
-tengo todavía tanto para darte-
don´t let it fake...

-tengo tantas ganas de hacerte y que me hagas feliz, y esconderle los miedos a mi almohada y dejarlos por fuera cuando vayamos a dormir. Que se nos meta por los oídos toda la felicidad y nos estalle la cabeza en mil bolitas de colores de las que se elevan y no se dejan atrapar, y se llene todo con tantas ideas y mordiscos como besos que se quieren morir de alegría-.

Encima.

Quiero estar sentada encima tuyo, verte los ojos muy de cerca y besarte la boca despacio como si se te fuera a acabar... Aunque sea por media hora...

Lejos.

Todas las noches contigo y las mañanas sin mí.

Amores de lejos.

Quiero tenerte tan cerca que tus pestañas me rasguñen los ojos... ¿Y si realmente vas a rasguñarme las ganas?... ¿Y si se me encoge el alma y no llegas?... ¿Y si la distancia agranda toda esta inseguridad que he venido creando?