martes, 25 de octubre de 2011

Lo mismo.

...Que me parece que ahora estoy en otro punto, adentro quizás, y que no siento saber con certeza qué es lo que quiero que pase pero que me emocionan las opciones, tal vez me emociona mucho más el recorrido que el fin. Que me asusta el fin. Que me asusta tener que volver a pensar "ahora qué", y que por eso disfruto tanto las urgencias y las desgracias que ayudan a reaccionar sin tener que decidir y que siempre vienen con la mejor tolerancia al cambio.

jueves, 15 de septiembre de 2011

...

Se extraña siempre la sensación de confianza, esperar... saber qué esperar. No se soporta la incertidumbre, que, en definitiva es en realidad una certidumbre de final.

jueves, 4 de agosto de 2011

...

Cuando uno está a punto de dejarlos ahogarse, asoman un dedito a la superficie del agua pidiendo auxilio y es inevitable compadecerse.

miércoles, 20 de julio de 2011

Una profesional.

Nos cansamos de esperar a que algo sorprendente suceda, en cualquier aspecto, nos esforzamos por demostrarle a la vida nuestra disponibilidad al suceso y con el tiempo advertimos que no se trata de voluntad, disponibilidad o paciencia, se trata de la vida que nos corresponde vivir, por más que, con mucha fuerza, deseemos modificar un presente, su condición de presente hace inmodificable el futuro que irremediablemente está por acarrear, se puede evadir, retrasar o, por otro lado, aceptar que se aproxima y ayudarlo a suceder de la mejor manera.

lunes, 27 de junio de 2011

Puentes.

Ahora, desde otro punto, intento mantener presente el recuerdo de los años anteriores, de mi madre, de la cocina, el pan fresco, el chocolate caliente, su paciencia, su empeño, el esfuerzo de mi padre, sus canas -que ahora ya le ocupan toda la cabeza-, lo poco que lo abracé y las muchas veces que mereció que lo hiciera. Desde este punto, donde nada habla y nadie escucha sólo se puede pensar en las cosas buenas, como sucede con las personas que amamos -después de un tiempo- ante nuevas ausencias, cuyos errores o defectos van desapareciendo, y la memoria se encarga de poner en primera plana todo lo bueno, ahí, donde puede verse cada vez que se quiere ver adentro.
Esta señora soledad que cada vez soporto menos y que parece instalarse más, me hace pensar en volver... por una milésima de segundo, como las ganas de saltar desde los puentes vehiculares, que vienen con ese miedo al suceso, a tomar finalmente la decisión, con la certeza en el corazón de que la mente nunca lo permitiría. Van pasando los años y van quedando menos historias actuales, como vivir en el pasado trayéndolo siempre, jalándolo a ver si un día se suelta y se estrella de nuevo con nosotros, incapaces de conformarnos con el presente, incapaz de conformarme con lo que yo misma hice de mí, con las personas que me rodean, con los principios que perdí y la transformación de los que se quedaron, que no sirven, en realidad, de mucho, o quizás luchan todo el tiempo por rescatar a los demás, que están en una cueva encerrados, custodiados por las malas influencias y la necesidad de aceptación.

martes, 14 de junio de 2011

sábado, 11 de junio de 2011

Marcel Proust. "En busca del tiempo perdido (A la sombra de las muchachas en flor)"

"...el amor -y, por consiguiente, el odio- de la multitud es uno de los móviles más poderosos en todos los hombres, ya sea porque intenten gustar a los demás o impresionarles o mostrarles que los desprecian. En el solitario el enclaustramiento -aún absoluto y hasta el fin de la vida- tiene en muchos casos como principio un amor desajustado de la multitud que prevalece hasta tal punto sobre cualquier otro sentimiento, que -al no poder obtener cuando sale, la admiración de la portera, de los transeúntes, del cochero ahí, parado- prefiere no ser visto nunca por ellos y para ello renunciar a toda actividad que lo obligaría a salir"

jueves, 26 de mayo de 2011

Detrás de la pared.

...ni dónde esconderme cuando me vienen las ganas de abandonarte, que no tienen nada que ver contigo. Es un abandono total, de todo lo que minutos antes era primordial.

domingo, 20 de marzo de 2011

Rosácea.

La lastimó tanto que cuando pudo alejarse de él, sintió pena por sí misma, enrojeció y permaneció así el resto de su vida.

viernes, 18 de marzo de 2011

Caras largas.

Ahora es como una maldad que se me está instalando. El gusanito del baño que debió meterse por el pie, o quizás lo tragué en alguna comida sin darme cuenta; y avanza por dentro carcomiendo todo lo bueno, todo lo rosado, amarillo y azúl claro. Y se siente una nausea permanente, como la adrenalina del que oye llorar a un niño y siente ganas de golpearlo... ganas de golpearse.

Y la soledad se hace casi placentera, no incomoda tanto como la felicidad en la cara de los demás, o la propia, en presencia de los demás.

jueves, 17 de febrero de 2011

Sr. Tango.

A veces me parece que todavía tienes los ojos brillantes, como cuando eras mi Sr. Tango; y busco que los demás tengan algo de redondos y que al menos en eso puedan serme tan familiares como los tuyos, para acostumbrarme a tenerlos cerca y a no inventar pretextos para no dejarme mirar.

miércoles, 5 de enero de 2011

El Ojo.

Todo esto que se atraviesa y que es como una niebla que no me deja verte, con las ganas que tengo de agarrarte la cara y verte los ojos de cerca, brillando, redondos, encima de esa nariz de caricatura, tan suave, tan mentirosa y que tanto me rozó. Que ganas de que me roces, con la nariz y con todo lo demás, de que me mires, como yo creía que me mirabas y como quizás nunca me viste.