domingo, 20 de marzo de 2011

Rosácea.

La lastimó tanto que cuando pudo alejarse de él, sintió pena por sí misma, enrojeció y permaneció así el resto de su vida.

viernes, 18 de marzo de 2011

Caras largas.

Ahora es como una maldad que se me está instalando. El gusanito del baño que debió meterse por el pie, o quizás lo tragué en alguna comida sin darme cuenta; y avanza por dentro carcomiendo todo lo bueno, todo lo rosado, amarillo y azúl claro. Y se siente una nausea permanente, como la adrenalina del que oye llorar a un niño y siente ganas de golpearlo... ganas de golpearse.

Y la soledad se hace casi placentera, no incomoda tanto como la felicidad en la cara de los demás, o la propia, en presencia de los demás.