martes, 24 de enero de 2012

Río.

Las milésimas de segundo en que me decido a dejar que las cosas pasen como un río, y a quedarme mirando como apenas me moja los pies, verlo pasar, como veo pasar a los demás, a la gran cantidad de muertos vivientes que se cuelan en este universo, a veces con voces pero que no se quedan, que el oído deja volver a salir porque a quién le importa? quién los necesita si no ayudan con la falta de ganas de ser saludable, con el exceso de ganas de que el cerebro haga una fiesta permanente de neuronas y perderme en ese nudo, quedarme a vivir ahí adentro y no tener contacto más que a través de los ojos con el exterior, más que a través de unos ojos vacíos que no transmiten nada. Que me lleven los de blanco y me deleiten con sus pastillas miles para no tener que meterme más al río, verlo pasar y que apenas me moje los pies.