miércoles, 2 de octubre de 2013

Desde adentro

Es una sala de cirugías donde todos tenemos escalpelos pero ninguno sabe quçe hacer. Se hace obvio cuando se van, cuando vemos que ya no hay quién se ocupe de lo que hacían y en cambio hay miles que se ocupan de lo que creíamos que les correspondía.

Ya no se está tan bien aquí, es un cuerpo blandito, en todos los sentidos, con sabor a remedio amargo y olor a guardado, a olvidado. 
¿Por dónde habrá salido toda la luz?
¿Volverá?

Al tacto es como un terciopelo por el que resbalan gotas de un líquido lechoso que los pelitos no alcanzan a absorber. Despacio todo se resbala, no hay nada que los pelitos alcancen a agarrar si en la superficie todo es tan espeso, tan superficial, tan efímero. Hace falta tiempo de calidad con el vacío en la habitación y las letras negras con las que siempre vuelve la luz.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Tumores.

Anoche otra vez, de alguna manera, te filtraste en el aire que entra por el huequito de la ventana. Me impides respirar, como si inhalara vidrios, me atrofias el cerebro.
Y más pequeña que nunca me dejo hamacar por tus brazos ¡es tan doloroso!
Sin necesidad de abrir los ojos algún abogado de la cordura me pica la espalda con un palito para recordarme que no estás aquí, porque yo lo decidí.

Y te vuelves a hacer remolino y te vas por el huequito de la ventana, apenas alcanzo a ver de lejos tus ojos malvados, que también sufren. Estamos tan llenos de tumores, somos dos inseguridades que se encontraron en un parque y se sentaron a reírse de sí mismas.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Hormigas.

El placer de estar triste y de preferirlo. Otra vez. De preferir estar afuera, flotando, navegando, respirando de verdad, de la forma más honesta que conozco: conectada al hilito de la tinta, al blanco espacio del papel.

Ya no te extraño, ni extraño extrañarte. Voy volviendo poco a poco a mí, falta mucho por caminar, me perdí en algún punto entre la ambición, el orgullo y las comparaciones con falsos positivos. En alguna parte todavía está la hormiga reina peleando con la polilla parásito que viene comiéndose todo lo valioso hace bastante tiempo. Todo lo que había valioso, que millones de hormigas reunieron con tanto esfuerzo.

jueves, 5 de septiembre de 2013

La feria.

Yo iré después (...o no.) cuando ya no te queden ganas y cuando ya no haya nada que hacer.
Porque extrañarte se me hizo ya una costumbre que amo más de lo que te amé a ti, que no quiero alejar de mí, que me relaja, me acompaña, me consuela y me entretiene; es una forma de llevarte conmigo como un globo de helio amarrado a una cuerdita.

viernes, 9 de agosto de 2013

Despacio.

Te vas yendo así, despacito, como caminan los viejitos que ya no quieren ir a ningún otro lugar, como las olas del mar, despacito, como un fuego que se va apagando. Y yo te intuyo frío, sereno, con los ojos cerrados tanteando el camino y dejando huellas en la arena.
Mejor sin mí, se camina hacia adelante y no hacia adentro, menos libélula y más escarabajo.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Amanecer.

Dejarte porque no pude admirarte, aunque me tragué el orgullo de ganas de que me beses el cuello y morderte los hombros. Dejarme porque se me inundan los ojos de pensar en estar otra vez en esa cama, en volver a caer y luego desde el fondo querer asomar la cabeza y que otro tú diferente al que me espera al fondo me saque del pelo y me devuelva a una vida de colores cálidos y soles de diez de la mañana. 

lunes, 5 de agosto de 2013

En el aire.

Hoy es un día malo. Tu nariz puntuda se me asoma detrás de todas las cosas en el cubículo, hay algo tuyo también en el aire, un olor que no logro identificar, que es como todo ese tú que murió y que debió evaporarse, salió de tu cuerpo para mezclarse con el aire y dejarte ser lo que tú quieres, lo que siempre escoges ser y que yo no logro amar.

sábado, 3 de agosto de 2013

miércoles, 31 de julio de 2013

Le Escultura.

Hay cosas todavía que quiero contarte, quise que fueras tanto que no eres. Pero unas ganas de seguir cultivando ese tú que no existe persisten, tiene tu cara y tus manos y estas ganas de llorar, siempre, como al principio que llorabas por todo y yo llegué a creer que habías desarrollado esa facilidad para dar la impresión de ser más sensible de lo que eres, sigo creyendo que es así, y sobre esa base te construyo, quien sabe por cuánto tiempo más.

Decirte que entiendo que hayas estallado dentro de mí, no sé cómo hiciste para no hacerlo antes, cuando todo mi cuerpo gritaba para que lo hicieras en esa mezcla de placer y pena por no poder ser nada más que ese momento y porque esa sensación no pudiera ser eterna.

sábado, 13 de julio de 2013

Poseída.

Tengo un hombre pequeñito adentro que corre todo el tiempo tratando de alcanzar algo, un poco como el conejo (otra vez...), me grita insistentemente que recuerde que estás en este universo, ahora, y que más adelante quién sabe, que así como él cayó en el estómago de un cuerpo más grande yo podría caer en algo peor, en algo sin ti, sin ningún tú (y yo tan acostumbrada que estaba a la vida con ustedes...).

Y el hombrecito me hace mover la pierna izquierda de arriba a abajo, involuntariamente, como oprimiendo un pedal. Yo sé que es un hilo que él y tú manejan con habilidad, él, tú y el café, que desde adentro pelea con el Flexiplen.

martes, 2 de julio de 2013

Te extraño.

Te me volviste una contractura cervical que nadie logra amasar. Volver a escribirte, a dejarte salir de mi espalda diluído en la tinta y aplastado en el papel.

Me da un calor en medio de las piernas que me sube hasta el estómago.

Te extraño.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Final.

No puedo negar que me vienen a la cabeza unas ganas insostenibles de apretarte con las manos el cráneo hasta que se rompa como un huevo y toda tu sustancia cerebral se derrame entre mis manos.

Que te desintegres en un polvo imperceptible que pueda barrer y tirar, para olvidar tu existencia y todo lo que ha tenido que ver conmigo en ella, toda la desgracia que está pasando por tu causa, por mi causa, que fue creer en la tuya. Creer en los dos.

La incapacidad para encontrar una expresión en tu cara de piedra y mi incesante búsqueda infantil.
((Rabia. Impotencia. Un aire de agresividad. Testosterona. Rencor)).
Pensar en positivo.
Pensar en positivo.
Aprenderé.
Aprenderé.

miércoles, 27 de febrero de 2013

El edificio.

Lo que extraño de mí: mirarme y gustarme, y sentir que no me encojo como las bocas que se han quemado con el ácido del limón. Y estar orgullosa de lo que construí de mí, porque quizás no es esto lo que quería y no fui yo quien lo construyó, simplemente abrí una puerta por la que entraron retroexcavadoras y camiones enteros llenos de cemento y de repente todo tenía la forma de una construcción sin terminar, que no pedí, que no me gusta y que bloquea todo lo que sí había construído, que sí había escogido y que sí me gustaba.

De nuevo fue como caerse persiguiendo al conejo blanco, que a quién le importa si no logro alcanzar? Bastaría con quedarse a ver el paisaje en vez de tirarse a un hoyo interminable y resbaloso de bocas con malos olores que fue imposible cambiar.

"Que fue imposible cambiar"... Mirarse al espejo y verse deshidratado, seco como una uva pasa, consumido por su propio interior, por un hueco que se está formando adentro y que consume todo alrededor, desde el colon hasta el brillo de los ojos. Y cuándo detenerse? cuándo afrontarlo? cuándo lograrlo? cuándo dejar de caerse y empezar a cerrar el hueco? a alejar a las retroexcavadoras y empezar a construir muros más fuertes que no se mojen en leche y en promesas, que no se conformen con calor en los pies por las noches y que cuiden de lo que había al final de todas las capas de la cebolla, y que sigue ahí, y sigue aquí, siempre aquí, en dónde se encuentran todos los vértices y en donde todo tiene otra vez sentido.

Sufrir, si eso querías, siempre hay una manera. Desde aquí, verte volver así, verte seguir ahí, y aquí, volver a lo de siempre, a lo que vale, a lo que hay adentro, al corazón de la cebolla.

viernes, 15 de febrero de 2013

Algo.

Me canso de escalar si no hay certeza de una cima, trato de volver a verlo todo en colores pero es siempre el mismo gris que invade todo, es la infelicidad, la dificultad que significa tanta nada, tanto de lo mismo, siempre, que ya no hay una emoción o algo que realmente recuerde la vida, las satisfacciones...