miércoles, 31 de julio de 2013

Le Escultura.

Hay cosas todavía que quiero contarte, quise que fueras tanto que no eres. Pero unas ganas de seguir cultivando ese tú que no existe persisten, tiene tu cara y tus manos y estas ganas de llorar, siempre, como al principio que llorabas por todo y yo llegué a creer que habías desarrollado esa facilidad para dar la impresión de ser más sensible de lo que eres, sigo creyendo que es así, y sobre esa base te construyo, quien sabe por cuánto tiempo más.

Decirte que entiendo que hayas estallado dentro de mí, no sé cómo hiciste para no hacerlo antes, cuando todo mi cuerpo gritaba para que lo hicieras en esa mezcla de placer y pena por no poder ser nada más que ese momento y porque esa sensación no pudiera ser eterna.

sábado, 13 de julio de 2013

Poseída.

Tengo un hombre pequeñito adentro que corre todo el tiempo tratando de alcanzar algo, un poco como el conejo (otra vez...), me grita insistentemente que recuerde que estás en este universo, ahora, y que más adelante quién sabe, que así como él cayó en el estómago de un cuerpo más grande yo podría caer en algo peor, en algo sin ti, sin ningún tú (y yo tan acostumbrada que estaba a la vida con ustedes...).

Y el hombrecito me hace mover la pierna izquierda de arriba a abajo, involuntariamente, como oprimiendo un pedal. Yo sé que es un hilo que él y tú manejan con habilidad, él, tú y el café, que desde adentro pelea con el Flexiplen.

martes, 2 de julio de 2013

Te extraño.

Te me volviste una contractura cervical que nadie logra amasar. Volver a escribirte, a dejarte salir de mi espalda diluído en la tinta y aplastado en el papel.

Me da un calor en medio de las piernas que me sube hasta el estómago.

Te extraño.