Se acabó porque te quiero más de lo que tú te quieres, como tú a mí.
Porque los dos somos perros callejeros lastimados que ahora temen a las manos.
Se acabó porque te escogí buscando quedarme en el agua, cuando realidad lo que quiero es volar. Porque sabía que iba a ser fácil salir corriendo sin poner fichas en la mesa, quedarme ahí, tomando los refrescos y viendo a otros revolcarse en su felicidad o en su miseria, quedarme mirando desde la orilla, apenas mojándome los pies, sin comprometerme, sin arriesgar nada, sin dar nada, queriendo algo que no estoy dispuesta a dar.
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