martes, 21 de junio de 2005

¿Mago?

Y si se te descubre haciéndome magia, que se te castigue como debe ser, porque he notado como se te salen los conejos de los bolsillos y a veces estando contigo se oye música de circo. Podrías ser mi nuevo mago y herirme como él lo hacía, provocarme tan deliciosos dolores con tus operaciones y demostrarme que no se trata de estupefacientes sino de "alucinaciones satisfactorias" -de nuevo- y cosas de sentidos despiertos, de tacto, de que me toques, tocarte, olerte, que me huelas, !y sí que hace falta!.
Volver a las mariposas, burbujas y demás, volver a escribir -volveraescribir-, a llorar con lágrimas reales y no como las de la página anterior, y un día cansarme de tanto dolor y reclamarte mi felicidad, tranquilidad y conciencia, la razón, que se va con tanta frecuencia para luego protestarlo cuando no se trata de colores y de puentes a otros cuerpos y mentes (hay un punto que persigue mis dedos (...)) como tantas veces me he dejado llevar a pisos indestructibles y paredes de caricias y manos sudorosas con olor a mango viche.

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