lunes, 24 de enero de 2005

Antes.

Cambié para parecerme a ti y olvidé que era yo quien te gustaba. ¿Dónde quedó todo lo que tenía?... Las noches agridulces y los amaneceres sin asiento me dejaron con un tercio de las ideas coherentes, y ahora se devuelven sólo para comprobar que así haya sido; y así fue...