lunes, 26 de noviembre de 2012

Alicia.

Te he dicho que siento que voy cayendo por un hueco sin fin que tiene paredes resbalosas como en el país de las maravillas. Ahora me pasa que no lo logro recordar porqué quería atrapar a ese conejo, ni sé si él también cayó por este hueco o por otro, si esto va a tener algún fin, algún punto en el que me estrelle con algo o va a ser una sensación eterna de ir cayendo, al final, sería esta la razón por la que no funcionaba nada antes, una necesidad inútil de que las cosas tengan una base, un fin, una seguridad, y todo tú eres así, de paredes resbalosas, un espiral en blanco y negro para tirarse desde la cabeza y caer despacito, dejarse llevar, resbalarse y olvidarse del conejo, y del piso, y de las manos pequeñas que salen de las paredes para arrancarme pedazos de la cara y otras partes del cuerpo.

martes, 30 de octubre de 2012

La Membrana.

Pocas poquísimas ganas de que se resvuelvan las cosas, lo de siempre: salir corriendo. Siento que se me sienta un mamífero mediano en el hombro derecho, hacia la nuca, podría ser un chimpancé, uno pequeño con la cara muy tierna y los ojos redondísimos.
Por momentos logro estar en una cápsula que me aleja de ti aunque estés adentro; logro establecer una membrana invisible para evitar que me absorbas, o para creer que lo evito (o para evitar que hagas lo que creo que haces, que ni tú mismo sabes si haces o no, que nadie sabe pero que todos tienen la destreza de afirmar con facilidad; yo sigo viendo la luz de tus ojos, cuando realmente tienes ganas de mirarme, pero algo adentro me grita siempre que quiere hacerse membrana y envolverme, alejarme, aunque eso en vez de protegerme me haga más daño que el daño mismo).
Una rabia se me instala todo el tiempo, la rabia que sabes que instaló mi madre, que no sé cómo solucionar, que me enlaguna los ojos ahora y los sentidos cuando estás. No sé revertir lo que no sé si pasó, si realmente perdí a la princesa, si nunca nadie llegó a romper el hechizo o si realmente es la bruja que me hace tragar esa misma manzana todas las veces... ¡todas las veces! con cada príncipe, batalla o territorio por conquistar hay un espejo indestructible que no me permite ver que no soy yo. Se siente como un vómito que no logra salir, ojalá lo supieras, que quiero estar bien y quiero que esto no esté dentro de mí pero mientras más lo intento más me cuesta pensar en otra cosa, y el vómito crece y es como un moho que se alimenta cada vez que discutimos.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Foster Wallace. "La niña del pelo raro"

"Olvida el círculo donde la distancia equivale al tamaño total de lo que cabe en su interior. Construye una carretera. Traza una línea. Vete tan al oeste como te lo permitan los límites del país y traza una línea. Deja que la estela de esa línea al moverse sea la distancia entre su inicio y su perspectiva. Y sigue trazando esa línea hacia el oeste, más y más lejos. Entonces la curvatura de la tierra agarrará esa línea y la mantendrá bien pegada a su superficie (...) y la curva gigante que tomamos por una línea recta te llevará a su debido tiempo hasta ese lejano punto oriental del país que ahora tienes a tu espalda (...). Y habrás hecho un círculo enorme y silencioso, y todo lo que hay en el mundo estará dentro".

domingo, 1 de abril de 2012

Trabajo.

Dos muertes sentadas en un banquito en el parque hablan sobre dos niñas que juegan, cada muerte es dueña de una niña o viceversa.

Una de las muertes comenta que no quiere gastar todo su tiempo en una misma persona así que va a esperar a que vuelva la madre de la niña y va a nublar los ojos del conductor de un camión que va a pasar justo a esa hora y a dirigir el timón hacia la niña para aplastarla justo cuando ella y su madre vayan pasando por el mural, para que no quede posibilidad de que la niña sobreviva y la hospitalicen (argumenta que se pierde mucho tiempo cuando eso pasa).

La otra muerte ya no estaba en el banquito, se había ido a conversar con las muertes de varios niños que jugaban fútbol porque odia hablar de trabajo.

jueves, 1 de marzo de 2012

...

Esas ausencias imprescindibles, indispensables, irremediables e insoportables que deja la lluvia.

lunes, 27 de febrero de 2012

Out.

Hoy se fueron todos a Chascomús. Yo no pude ir.
Las últimas veces que pasé tiempo con ellos una porción muy fea de mis sentimientos se salió por todos lados y ocupó el lugar.
Siempre me consideré en un punto aparte, ellos como un conjunto homogéneo y yo como una pieza que no encaja queriendo siempre salir del círculo que encierra el conjunto y cayendo siempre de nuevo al estrellarme con la gruesa membrana que lo constituye.
Hay cierto grado de...

lunes, 13 de febrero de 2012

Bruja.

Venía diciéndote que tenía poderes, no era la primera vez que discutíamos por eso. Me mirabas con complacencia; no con complacencia, con lástima!
Hasta que me harté de verte habitar ocupando el espacio entero del universo que debías compartir y me elevé, como aquella vez que me pareció verte en la cabeza de un señor que viajaba en el 55 y tuve que partirle la nariz, como siempre que me pasa: en posición de karate kid.
Y llena de rabia empecé a mirarte con los ojos en fuego,
y tu cara con mueca de interrogante de estúpido...
y mis ojos en fuego, y me elevaba,
y tu cara con mueca de estúpido...
y mis ojos en fuego, sostenido,
y tu cara con mueca de interrogante...
y mis ojos en fuego,
y tu cara con mueca...
y mis ojos en fuego,
y tu cara...
y mis ojos en fuego,
y tú...
De repente eras una colilla gordita de cigarrillo que alguien que pasaba distraído pisó.

jueves, 2 de febrero de 2012

Moho.

Se me volvió a pegar esta tristeza que con todo viene y con tan pocas cosas se va; me sube por las piernas un frío, como de ganas de dejar que todo se derrita alrededor, que se caigan sobre sí mismas las paredes que construí. Y también suben ganas de arrancarse el pelo (otra vez), de dejar que las cosas se pudran, solas, como suelen podrirse las cosas.

martes, 24 de enero de 2012

Río.

Las milésimas de segundo en que me decido a dejar que las cosas pasen como un río, y a quedarme mirando como apenas me moja los pies, verlo pasar, como veo pasar a los demás, a la gran cantidad de muertos vivientes que se cuelan en este universo, a veces con voces pero que no se quedan, que el oído deja volver a salir porque a quién le importa? quién los necesita si no ayudan con la falta de ganas de ser saludable, con el exceso de ganas de que el cerebro haga una fiesta permanente de neuronas y perderme en ese nudo, quedarme a vivir ahí adentro y no tener contacto más que a través de los ojos con el exterior, más que a través de unos ojos vacíos que no transmiten nada. Que me lleven los de blanco y me deleiten con sus pastillas miles para no tener que meterme más al río, verlo pasar y que apenas me moje los pies.