lunes, 13 de febrero de 2012

Bruja.

Venía diciéndote que tenía poderes, no era la primera vez que discutíamos por eso. Me mirabas con complacencia; no con complacencia, con lástima!
Hasta que me harté de verte habitar ocupando el espacio entero del universo que debías compartir y me elevé, como aquella vez que me pareció verte en la cabeza de un señor que viajaba en el 55 y tuve que partirle la nariz, como siempre que me pasa: en posición de karate kid.
Y llena de rabia empecé a mirarte con los ojos en fuego,
y tu cara con mueca de interrogante de estúpido...
y mis ojos en fuego, y me elevaba,
y tu cara con mueca de estúpido...
y mis ojos en fuego, sostenido,
y tu cara con mueca de interrogante...
y mis ojos en fuego,
y tu cara con mueca...
y mis ojos en fuego,
y tu cara...
y mis ojos en fuego,
y tú...
De repente eras una colilla gordita de cigarrillo que alguien que pasaba distraído pisó.

1 comentario:

  1. Alguna vez me dijiste que tienes un don que te permite saber cuando alguien está mintiendo. Yo lo dejé pasar, cansado de tus celos y tu insistencia en que sí existe una forma limpia de querer. Tarde me di cuenta de que ese era justamente tu don.

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