miércoles, 5 de mayo de 2010

La hoja de papel.

Así con un hilito de tinta azúl quizás pueda ir dejando regadas todas mis inseguridades y todos esos miedos que insistes en sacar a flote y que no son tan diferentes a los tuyos, porque parten de lo mismo, ¡pero me convences!... con tus ojos malignos (los que te salen con la ansiedad), me convences de lo poco fuerte que soy y de la necesidad de todos de cubrirme de mí misma y dejarme a salvo envuelta en sábanas de mentiras, cuando en realidad tú y yo sabemos que soy mucho más fuerte que el miedo que te sale cuando en sueños se te aparecen agujas, pero ganas terreno en manipulación, con la frente en alto reconozco que ese no ha sido nunca mi fuerte... Y ahora, de repente ya no me siento tan lejos de mí, del yo que está en esta hoja y con el que me conecta el delgado hilito de tinta.

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