lunes, 9 de abril de 2007

Inservibles.

De repente me siento, otra vez, totalmente preparada para entender lo que sea que pase por tu cabeza, y ya no me asombra tu estupidez, ni tus mentiras, ni tu estupidez en las mentiras...
Ya empecé desde otro lado, y esta vez tengo todo a mi favor y me siento segura, confiada y llena de ganas de dejarte a un lado. Era tan necesario estrellarme con tu boca ridícula e insipiente para abrir los ojos y darme cuenta de que aunque tu cabeza es grande, el nexo entre ella y tu corazón se perdió desde que eras un niño y ya eres absolutamente inservible como hombre, y tal vez yo como mujer entre tanta prevención que aprendí a reconocer y que ahora me salta encima cada vez que intento algo diferente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario