domingo, 31 de agosto de 2014

30 de agosto


Me cuesta mover los layers del cerebro al cerrar los ojos. Hay tanto deseo... tantos deseos. Me empiezan a pesar las circunstancias, la ropa, los amigos, los muebles del departamento, todo me pesa. Y sobretodo me pesa una ausencia que no sé de quién es, que alguien dejó o que quizás alguien dispuso que debía sentir. Y es lo que más me pesa. 

Me pesa no tener la valentía suficiente para tomar el riesgo, todas las veces. Lidiar siempre primero conmigo misma y luego ver que ya no estás esperando y que estoy frente al vacío peleando con mi muy consciente que nunca para de dictar lo que esta bien y lo que no y escoge siempre dejarte ir. 

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