sábado, 14 de agosto de 2010

50.

Ayer mientras viajaba en el 50 te me volviste a aparecer en la cabeza del que iba en el puesto de adelante. Rápidamente y sin pensarlo me elevé con los brazos extendidos hacia los lados y la mirada puesta en tus ojos malignos, y al mejor estilo de Karate Kid te rompí la nariz con una patada de la pierna derecha. Ante la mirada atónita de los espectadores quedé suspendida en el aire pensando en lo mucho que me satisface verte ahí en el piso, mucho más pequeño que yo, inconciente y con la nariz sangrando.

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