domingo, 19 de septiembre de 2010

La Pizarra.

Otra vez hay una pizarra en blanco, y todo se vale...
Otra vez hay que empezar a organizar las fichas y escogerlas una por una, como hubo que escoger también la pizarra.
Y ponerse el traje de batalla y lanzarse con una sonrisa muy grande y los ojos chispeantes a saltar cuadritos en la pizarra y avanzar hacia alguna parte, no importa si en el afán en vez de avanzar se retrocede, lo importante es no volver a quedarse quieto, no volver a esperar, en definitiva, no esperar.
Que al final siempre hay premio de consolación y es la máquina la que gana.

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