lunes, 9 de agosto de 2004

Viajas.

Mago, que ganas de hacerte el amor y que miedo a que nos quedemos pegados o a que me arranques el pelo... !No! eso sería una suerte. Hazte real y abrázame, vuélvete lluvia para que puedas desteñirme sin que me desangre. ¿Qué pasará ahora? ¿Tendrás frío? No. En ese caso harías un hechizo; que encantadora indolencia te acompaña y como me duele no haber hecho el pacto con el mismo diablo que te permitió tomar forma de hombre medieval europeo con rasgos deformes y cuadriculados con colores cálidos. ´
Tengo frías las manos y se me cae el pelo y tú no apareces, ya se deshizo la lámpara y te duermes todavía sin que yo pueda tocarte, te alejas como en un barco y me ahogo con aire, me infla y me estalla y tú ni te enteras, viajas por mundos de gamuza con alucinógenos suicidas que te cubren y te protegen, sobretodo en estos días tan peligrosos por pegajosos.

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