lunes, 9 de agosto de 2004

La gotera en el baño.

Que me duela en el día cuando esté acompañada, que pueda separarte del mundo y de su horrible influencia gris, hacerte más amarillo y púrpura y dejarte sin manchas rosadas para que no puedas hacerle el amor a nadie más. Y que nadie pueda tocarte las caderas ni arrancarte pedazos de labio de mortadela como pinceladas.
Mago que destruyes todo lo que tocas, tócame, toca mi valentía y mi estúpido orgullo de madera, apaga las velas y duérmeme con tu burundanga, tócame como a una armónica desafinada y siente mis dedos que se quieren llevar tu olor a ceniza, siente mi boca que te quiere sacar el alma y la sangre desde el cuello o la clavícula, apretarte hasta hacerte explotar y luego llorarte abrazando tu muerte y tu desafiante ausencia como la gotera en el baño.

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