domingo, 29 de agosto de 2004

Cumpleaños.

Tengo tanto miedo de despertarme mañana y que estés listo para escupirme tu hombría en un oído y lamerme los labios con tu lengua de rana. Ojalá volvieras todo amarillo y con burbujas de colores y llenaras todo lo mio de mariposas y me dejaras más blanca y azúl.

Tengo demasiado miedo, ¿qué tal que te salgas por uno de los huecos del teléfono y me vuelvas a arrancar el pelo? Me duele como si ya estuviera pasando y eso que ya no eres maga, ¿o si? Cómo saberlo si no sé nada de ti ni de tus cuchillos y mucho menos del polvo mágico que alcanzaste a robarle al mago mientras él le coqueteaba al conejo.

Y tenía que llover para que además me diera frio... Me congelo por dentro a pesar de las velas; se me están congelando los brazos también, o quizá estén tiesos por el licor barato y el aroma verde; pero el frio es más adentro y un poquito más arriba de donde está el miedo, para colmo me pesan los ojos y se está acabando una de las velas.

Ojalá no amanezca muy pegajosa y amarilla, ojalá alguien logre pintarme muy blanca y azúl otra vez y se entusiasmen los colores de tus mariposas para que vayan pintando todas las paredes mientras tanto. Va a ser difícil esconderte mis burbujas; espero no desgarrarme en el intento de meterte en el papel. Ojalá no estés armado y aparezcas bien Camilo pero sin dagas ni espinas.

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