miércoles, 18 de agosto de 2004

Orgullo.

Para que me dejes dormir tendré que encerrarte en un frasco. Tengo tantas ganas de despegarte la piel de caucho, abrazarla y bailar con ella hasta que ya no esté caliente. Por favor, vuelve a mí, ya no sé ni que escribir... !Vuelve!... Magoooo... Tócame la cara otra vez y párteme los labios. Vuelve que ya quiero llorar y que me veas hacerte muecas y taparte los ojos. Vuelve y desaparéceme temporalmente, vuelve mi mago y trae a Camilo para que vea como nos divertimos y se sienta más pequeño y se unda en su cabeza de futbolista. Otra vez mi orgullo de madera nos partió la espalda y nos puso en extremos opuestos; se hace odiar tanto o más que mi feminidad o tu machismo.

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